El paso del tiempo

“El paso del tiempo y la sabiduría popular ancestral que arrastran cientos de generaciones han desembocado ahora en una especialización cada vez más sorprendente de las velas”.

 

La generalización de la luz eléctrica y la expansión de otros medios tecnológicos más sofisticados no han significado sin embargo la desaparición de las velas como algunos pudieron pensar.  Existen testimonios que en la Segunda Guerra mundial fueron usadas  no sólo como iluminación sino también como medidor del tiempo, como lo habían hecho muchos siglos antes los chinos o el monarca inglés Alfredo el Grande. Tengamos en cuenta que otros medios precisan de una conexión a una red que no siempre ha estado establecida. Las linternas, por ejemplo, no son ni tan económicas, ni cálidas, ni muchas veces tan perdurables como las velas.
En cada hogar se guarda algún ejemplar para que nos dote de luz si falla la red eléctrica, o para cuando queremos intimidad o relax. Después de un decrecimiento en su uso las cifras demuestran la buena salud de este invento maravilloso.
Cada día de marzo a octubre, a las nueve de la noche en las inmediaciones del Santuario de Lourdes en Francia, cientos o miles de personas participan en la vela encendida al tiempo que rezan el rosario y cantan a la virgen. Es un espectáculo conmovedor porque cada luz simboliza la esperanza y al fuerza de la fe por un mundo mejor.
Sin extendernos demasiado al respecto, intentemos recordar las imágenes que recogen los informativos sobre los enclaves de una tragedia. Recordemos las muertes de las celebridades o de personajes anónimos en atentados y rememoremos qué elementos sirven como catalizadores del duelo colectivo. Casi sin darnos cuenta, a los pocos minutos de constatarse una tragedia, un episodio doloroso para un colectivo, aparecen unas flores, una nota, algún dibujo infantil y siempre, siempre, unas velas o velones que permiten orientar a los dolientes. Pensemos en las muertes de Michael Jackson o de Diana de Gales, por poner dos ejemplos. Evoquemos el atentado de las torres gemelas el 11 de septiembre. ¿Podemos recordar las velas? Como dice la estudiosa de los encuentros colectivos por las víctimas del atentado en Madrid del 11 de Marzo Nekane Basabe, está probado que:

“… los rituales fortalecen las creencias sociales positivas: la participación en rituales refuerza el acuerdo con los beneficios personales, interpersonales y sociales de la reacción al trauma. Altos niveles de participación en manifestaciones predijeron a los dos meses un clima social positivo, confirmando que los rituales refuerzan la cohesión social”.

 

 

Las velas están presentes en todos los memoriales inmediatos a las grandes pérdidas.